Cómics vimos muchos y, por desgracia, no pudimos llevarnos a casa tantos como hubiéramos querido. Sea como sea, este año el salón no estuvo muy pródigo en gente tatuada y sólo pudimos cazar tres tatuajes relacionados con el cómic en directo (éso no quiere decir que no hubiera tatuajes de otras temáticas) y otros pocos que se nos escaparon por motivos de logística, pero que me harán llegar por mail pronto (espero).
Antes de pasar al tema de la recolección de tatuajes debo hacer mención especial a las exposiciones que ha habido este año: aunque todas me han gustado, debo destacar especialmente la de Ana Miralles y la de Los Ritmos del Cómic. La primera de ellas habla por sí misma, un monográfico de esta genial ilustradora y dibujante(no entraré en discusiones filosóficas sobre las diferencias o similitudes entre los dos conceptos), en palabras de la organización misma:
La segunda exposición a la que he hecho referencia es Los Ritmos del Cómic, descrita así por la organización del evento:
La relación del cómic con la música es intensa. La exposición tiene por objetivo mostrar diversos aspectos de esta conexión. Por un lado, enseñará páginas de personajes y series clásicas del cómic dónde la música aparece en alguna viñeta o personificada en algún personaje secundario. También se mostraran páginas de cómics biográficos de cantantes reales e historietas de ficción donde la música es protagonista. Un cuarto apartado de la exposición estará dedicado a las portadas de los vinilos dibujadas por autores de cómic o con referencias a personajes surgidos de la viñeta. El comisario de la exposición es el crítico musical Miquel Jurado.
En el próximo post: entintados en otros soportes, a la caza del tatuaje comiquero.